Friday, July 9, 2010

Movimientos involuntarios

Seguro les ha pasado, son esos movimientos de pies o brazos que ocurren cuando uno se esta quedando dormido. Según mi doctor, es un reflejo del musculo que se dispara cuando está totalmente relajado pero no se saben bien los detalles. Lo que si se es que estos movimientos nos delatan y nos averguenzan en lugares públicos.


Yo sufro de estos movimientos desde hace varios años y generalmente es mi pierna derecha la que se dispara sin avisar. Muchas veces en el salon de clases mientras me concentro para no escuchar a mi compañero chino, me voy reclinando hacia atras y dejo que la gravedad se haga cargo de mis párpados. Poco a poco, el efecto del calor junto con el de la digestión va apagando uno a uno mis sentidos... se pierde el video, se pierde el audio, los músculos se relajan y entro al país de los sueños. Parece que llevamos una eternidad asi cuando de pronto "TRAS!" la rodilla choca contra la mesa, la pluma sale volando, se cae el agua y todos al rededor voltean a ver que está pasando. Claro que pongo mi cara de sorpresa tambien, como si una fuerza invisible del inframundo me acabara de empujar contra la mesa. Obviamente todos saben la verdad, pero el efecto es increible.

Recientemente mi pierna derecha le ha concedido el honor a mi brazo izquierdo; se ha convertido en mi nuevo delator. Dos eventos son los que recuerdo con más verguenza gracias a Don izquierdo. El primero ocurrio una noche mientras intentaba dormir junto a la princesa del terror. Ella ya estaba en el país de los sueños mientras yo luchaba contra el insomnio. Cuando por fin mi cuerpo se empezaba a relajar, Don izquierdo salio disparado, puño cerrado y nudillo afilado con direccion a la cabeza de la princesa del terror. Tremendo golpe que se llevo y de un brinco regresó a la realidad para encontrarme "dormido" a su lado, mordiendome el labio para no reirme.

El otro evento fue en un avión. Yo iba sentado en el pasillo, a mi izquierda (por desgracia) una niña como de 10 años y a su lado la mamá. Afortunadamente en los aviones no duermo muy profundo porque siempre hay que estar alertas por si pasa algo (no hay nada que podamos hacer verdad, pero bueno, al menos no nos perdemos de la acción). El caso es que el muelleo del avión se apoderó de mis sentidos y poco a poco me fue llevando a un estado semi-consciente que Don izquierdo aprovecho para escapar de su lugar con tremenda fuerza, puño cerrado y nudillo afilado hacia la niña. Y aqui es donde agradezco no dormir profundamente en los aviones porque logré detenerlo a milimetros de su cara. Baje la mirada y voltee hacia ella. Vi su cara de terror, no nos dijimos nada y cada quien regresó a lo que estaba haciendo. Sin embargo, 5 minutos después se repitió el incidente. Por suerte la mamá nunca se enteró de nuestro jueguito porque se hubiera armado un escandalo. Entonces decidí ponerle un alto a Don izquierdo y de paso a Don derecho por si se le ocurría tomar iniciativa. Crucé uno encima del otro y los meti debajo del cinturon de seguridad. Si recuerdan la pelicula del silencio de los inocentes, pues me veia como el Dr. Hannibal Lecter cuando lo sacan del manicomio. Y asi logré viajar sin desfigurarle la cara a mi compañera.

Ya veremos después que otra parte empieza a hacer movimientos involuntarios! ja ja ja.

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